Habíamos transitado innumerables veces por sus márgenes de camino a otras travesías sin que nunca nos llamara la atención. A simple vista es una planicie desértica con vegetación poco amigable para los vehículos y que parece no tener mucho que brindar para los que nos gusta el off road. Hasta que en 2012 metimos las narices en busca de una confluencia http://www.lodelpampa.com.ar/Relatos/20 ... 0_2867.htm /
viewtopic.php?f=1&t=7103 y descubrimos un “nuevo mundo” para nosotros
Desde entonces siempre tuvimos en mente hacer un cruce por sus entrañas
Se trata del Tucumanao, Bolsón Andalgala, Salar de Pipanaco, Valle de los Paccipas, Bañado de los Pantanos… es un hoya cerrada delimitada por la RN40 al oeste, RN60 al sur y la RP46 al norte y este (geográficamente, al este por el cordón de Ambato, al norte por la sierra de Belén y Atajo, al oeste por la de Zapata y Vinquis, y al sur las de Velazco, y las últimas estribaciones del Famatina) Al comenzar a investigar la zona para la travesía caímos en la cuenta de que es una zona de gran riqueza histórica, muy interesante para antropólogos y arqueólogos, con cierta diversidad de paisajes y con algunos desafíos para afrontar con las camionetas, como sus dunas de arenas finas por las que transita el Dakar. Octubre del 2017 fue finalmente la fecha en que la travesía se concreto, con el objetivo principal de llegar hasta el “Fuerte del Pantano”, no desde Aimogasta, de donde es relativamente sencillo llegar, sino desde la Estación Mazan, debiendo recorrer unos 80km de terreno incierto para para poder llegarFuimos de la partida….
- Tio Hugo & Tape, en la Toyo Minnie
- Uki, en SW4
- Pipi & Dani, en SW4 de las viejitas
- Maur & Coraje, en la Koreana
- Tonga & Bernie, en la Alemana del mercosur
Ya no recuero como fuimos saliendo cada uno pero nos reunimos en Estación Mazan a las 16.30hs de un viernes para dar comienzo a la travesía Aprovechamos unas vías de tren abandonadas para evitar la vegetación cerrada del ese primer sectorHasta llegar a un punto en donde deberíamos cruzarnos con una “picada”. La encontramos pero rápidamente se cerró y la vegetación, no muy amigable para las cubiertas y las chatas, nos dificulto el avance. Cada vez se cerraba mas… hasta que en una maniobra la cubierta de la alemana del Mercosur dijo basta. Ese parate nos sirvió para evaluar la situación y decidimos no seguir atropellando arbustos, sino volver sobre nuestras huellas y buscar una entrada alternativa.
Por surte a los pocos kilómetros Pipi descubrió una tenue huella que nos permitió avanzar, más o menos, en la dirección pretendida sin renegar con la vegetación. Finalmente, sobre una huella mas asentada y haciendo un pequeño rodeo dimos con el Salar de Pipanaco, al cual apuntábamos, y apareció una autopista que nos permitió recuperar el tiempo perdido Allí buscamos un lugar para pasar la primer noche de acampe y armamos el vivac
Aprovechamos a reparar la cubierta de la Amarok y el Tio Hugo clavo un asadazo memorable
Todo bien regado en una noche por demás de agradable