No solo Gusre defiende el honor de la Industria Nacional y Peronista.
Dos amigos planean llegar a Ushuaia a bordo del primer tractor argentino
Maquinaria agrícola.La máquina, un "Pampa" fabricado en 1955, avanza a 24 kilómetros por hora, gastará casi 20.000 litros de gasoil y tardará más de 20 días. La historia de "El Pampa", el primer tractor argentino, está cruzada por los desafíos. Nació cuando en 1952 Juan Domingo Perón fustigaba a los Estados Unidos y amenazó con dejar de exportarle aceite de lino. Un chacarero de Esperanza entonces le preguntó: “¿Cómo vamos a producir entonces nosotros, si los tractores vienen de allá?” El General contestó: “Los fabricaremos en nuestro país y en tres meses estará listo el primero de una gran serie". El desafío se cumplió, aunque no en los plazos previstos. En una década, hasta 1963, en una fábrica estatal de Córdoba se produjeron 3.760 de esos equipos.
Un viejo tractor Pampa es protagonista ahora de otro gran desafío: el de dos amigos de San Carlos Sud, una localidad santafesina ubicada unos 150 kilómetros al noroeste de Rosario, cerca de la misma Esperanza, que se propusieron recorrer los 4.300 kilómetros que los separaban de Ushuaia a bordo de esa máquina de trabajo. Leonardo Braem y Franco Grill ya llevan diez días de travesía y esperan llegar a la ciudad más austral del mundo dentro de un par de semanas. Hoy hicieron el trayecto entre Bariloche y El Bolsón, a una velocidad que nunca supera los 24 kilómetros por hora.
“Es una aventura, de gusto nomas. Leonardo me comentó la idea, yo no le dije que no, y acá estamos”, contó Grill a Clarín. Fue él quien preparó el tractor “peronista” para el largo trayecto. Le quitó el asiento tradicional y colocó en su lugar uno de un viejo coche Citroen, donde entran cómodos los dos pilotos. Para cubrirse del sol y la lluvia, le añadió una cabina de un añoso Deutz. Bajo el asiento, dentro de una caja de madera, puso parlantes. “No sé para qué, porque en la ruta no se logra escuchar nada de nada”.
Al ruidoso motor no hubo que hacerle casi nada, tan solo bajarle las revoluciones para que no marche tan forzado. Se trata de un motor de un cilíndro, que trabaja a dos tiempos. Consume algo más de 4 litros de gasoil por kilómetro y hasta 4 litros de aceite por día. El tractor fue fabricado en 1955 y pertenece a otro amigo, Marcelo Boretto, que lo compró en un campo de Colonia Belgrano y lo cedió generosamente para este desafío. Franco, que se ocupó estos años del mantenimiento, explicó que el Pampa “es una maquina muy noble, porque sus fabricantes lo copiaron de un tractor alemán”.
La historia cuenta que cuando Perón se envalentonó y lanzó el desafío de producir en el país un tractor que pudiera competir contra los importados, lo primero que hicieron sus funcionarios fue recorrer la Ruta 9, desde Buenos Aires hasta Córdoba, preguntando a los productores cuál era el equipo que más les servía. El mas votado fue el tractor Lanz Bulldog, de origen alemán, que era también fabricado en Italia por la firma Landini y en Polonia con el nombre de Ursus.
Tras esa pesquisa, lo que se decidió fue importar desde Uruguay dos tractores Lanz. Uno de ellos fue desarmado en los galpones del IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), en Córdoba, para copiar todas sus piezas. El otro sirvió para hacer creerle a la gente que Perón había concretado el desafío a los tres meses, como había dicho. Por eso se le cambió la parte frontal donde aparecía la marca Lanz por otra que decía "Pampa -IAME- Industria Argentina". Y se lo pintó todo de un llamativo color naranja, ocultando los rastros de azul original. Desde el 7 de octubre de 1952 el primer Pampa se expuso, por varios días, al pie del Obelisco. Luego le seguirían unos pocos miles, pero genuinos.
“Esto es una aventura, algo muy nuestro. Pero si tiene que servir de algo, vendría bien que sea también un homenaje al primer tractor argentino y a la industria metalmecánica ubicada en el sur de Santa Fe, que produce muchos equipos e implementos”, afirma Franco a mitad de camino hacia Ushuaia. Se trata de un sector que aglutina actualmente a unos 700 pequeños talleres y grandes fábricas, algunas de las cuales producen tractores que compiten con los de las grandes multinacionales. Y es que la Argentina cuenta con capital humano muy capacitado para este tipo de emprendimientos. Si hasta la mayor fábrica de tractores del mundo, la estadounidense John Deere, decidió en 2011 comenzar a producir algunos de sus equipos también en una planta local.
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